domingo, 16 de septiembre de 2012

CUENTOS SIN NOMBRE: N.1.


El proceso creativo del pintor se interrumpió por primera vez a las dos menos cuarto de la madrugada. El teléfono sonó una vez, dos, tres, hasta que él no pudo obviarlo más. Descolgó el auricular con un sentimiento muy apegado a la furia.

-¿Sí?
-Hola-comenzó muy suave la voz femenina que le llegaba por el aparato. Suspiro contenido, mojarse los labios, llenarse de valor -Soy Nora. ¿Te acuerdas de mí? Nos presentaron el otro día, en el concierto. Disculpa si llamo tan tarde, pero..
-¿Pero?-Intercedió el pintor, más curioso que molesto.
-Ah, te molesto .. ¿no?
-Mmm..no.
-¿Seguro?
-¿Quieres que te diga que si?

Risas nerviosas del otro lado. El pintor se acomoda contra la pared, Nora juega con un cigarrillo que ha encendido antes de comenzar todo esto. Pero, ¿qué es todo esto, a dónde va, para qué?

-No, claro que no quiero que me digas que si.Bueno, a la pregunta de que si te molesto. Digamos que quiero ese sí como respuesta a otras preguntas. Si me dejas…
- Si me dejas tú..
-¿Qué?
-Cerrar las pinturas, estaba preparando la mezcla. No estamos como para desperdiciar
materiales.
- Estoy de acuerdo, anda, ve.

El pintor  deja el auricular al lado del teléfono. Se sorprende de la excusa que ha puesto. Se recoge el pelo, se amarra las rastas y sonríe. Asimila la sorpresa. Mientras, Nora se muerde el labio suavemente, sonríe, se hace preguntas que no se responde. Quizás todo el valor que reunió para marcar el número de teléfono que tenía en su agenda desde hace una semana, se le vaya escurriendo ahora sin que pueda hacer nada. Por suerte, la voz del pintor reinicia la conversación antes de que ella decidiera colgar.

-Me alegra que me llamaras.
-A mi también. No sabía  si hacerlo,porque como tienes mi teléfono y no lo has usado,
pensé que…
-Pensaste cosas que no son, seguro. Te llamé. No sabía que te iba a decir, pero lo hice. Al quinto timbre salió la contestadora. Creo que eras tú..¿no?
-Si, es mi voz.
- No se me ocurrió dejarte ningún mensaje. No me gustan las contestadoras, y si era difícil llamarte y hablarte, dejar un mensaje era una misión imposible.
-A mi no me parece.
-¿Por?
- Tan solo debías decir que eras tú. Entonces yo te devolvería la llamada. No te reprocho nada. Todo eso forma parte de un pasado que ya no podemos cambiar. Y me gusta estar hablándote ahora.
-A mi también
-Entonces...¿ estabas pintando?
-Sí
-¿Sobre?
-El hombre, la humanidad.
-Claro, me merezco esa respuesta.
-No fue en tono de burla.
-No te preocupes, no me siento ofendida.
-Termino los cuadros para la exposición. Me quedan cinco días antes de viajar, y además todos los trámites para poder sacar los cuadros. Estoy un poco tenso, discúlpame si fui muy agresivo al principio.
-Lo fuiste, pero lo entiendo. No tienes que disculparte. ¿A dónde viajas?
-A Madrid.
-Voilá.
-¿Por qué?
-Yo también.
-¿Cuándo?
-En una semana.
-Ahh.
-Por eso dudé en llamarte. Si me voy de todas maneras…pensé. Y después pensé otra cosa.
-¿Qué?
-¿Por qué no?
-Sí, claro, ¿por qué no.?
-Hace mucho que te veo por ahí.
-Si, lo sé, siempre nos miramos.
-Y nunca nos dijimos nada.
-Con palabras
-Pero las miradas tienen muchas interpretaciones.En realidad las palabras también.Como sea, me gustas.
-Eres directa.
-Sí, a veces.
-Tú también me gustas, mucho.
-¿Vamos a vernos?
-¿Mañana?
-¿Me parece bien. Te llamo antes.


El proceso creativo de NOra se vio interrumpido por primera vez cuando el pintor terminó de comer su bocadillo, pidió la cuenta y se fue sin mirarla. Ella, a su vez, tomó lo que quedaba de su café, reprochándole a su imaginación tanta fertilidad. El concierto había empezado.